jueves, 24 de enero de 2013

¡Justicieros conscientes, sí! ¡Asesinos, nunca!

Mitin cenetista en el teatro Pardiñas, febrero de 1937


Por Gelín Meana

El pasado día 5 de enero el diario La Nueva España publicaba en su edición de Occidente http://www.lne.es/occidente/2013/01/05/derecho-autodefensa-memoriaproletaria/1349934.html un artículo del actual secretario general del comité regional de la Confederación Regional Asturias y León de la CNT, Gelín Meana, en respuesta a sendos artículos publicados con anterioridad por el periódico y firmados por L. Á. Vega en los que, recogiendo la tesis del novelista Martínez Reverte, se implicaba a la CNT en los asesinatos de Paracuellos y más concretamente a Amor Nuño, por entonces secretario de la Federación Local de Madrid. Aquel artículo hubo de amoldarse a las disponibilidades de espacio, por lo que fue necesario dejar aparcados algunos datos y argumentos que ahora, en una versión más amplia, publicamos aquí. Al final se recogen enlaces a documentos y artículos relacionados con el tema, que se retrotrae a la polémica suscitada por la publicación en El País de un artículo de Reverte en 2006. Recogemos además, con el consentimiento expreso del autor, el trabajo que a raíz  de la polémica realizó el investigador Sexto Empírico sobre la persona de Amor Nuño y que en su momento (2008) publicó la Biblioteca Fantasma, muy interesante y revelador de la trayectoria del compañero cenetista y de las infamias de que ha sido objeto por parte de Martínez Reverte.

  

EN DERECHO DE AUTOFENSA PROLETARIA

Con Santiago Carrillo prácticamente aún de cuerpo presente, en “Los otros asturianos de Paracuellos” (lne, 8/oct/12) L. Á. Vega, autor del artículo a toda página sobre el  “turbio episodio de la Guerra Civil”, se suma al coro y corte de los hagiógrafos dispuestos a acelerar el proceso para la canonización y ascenso del insigne asturiano a los altares de la fe que hoy abrazan millones de crédulas gentes por todo el hispano solar: la Democracia Transida, a la española. Para limpiar y lustrar su adusta imagen, tratando de desincrustarle ese indecoroso lamparón de Paracuellos que pertinazmente asomaba en su serpenteante avatar, se ensaya atenuar sus efectos con la testada fórmula del ventilador. Se trata de repeler las responsabilidades esparciéndolas alrededor.

Carrillo, en manos de la monarquía campechana


Tenemos así según el artículo de La Nueva España (lne) que aparecen “otros asturianos” hacia quienes se podrían desviar las responsabilidades: el cenetista cudillerense Amor Nuño y el general ovetense José Miaja pero, mientras que a éste se le despacha con una simple línea en la que se dice que tuvo conocimiento de la matanza, para tratar de incriminar al primero se utiliza toda una plana del periódico.  Y es que ¡eureka! el periodista y novelista, y también investigador histórico aficionado, Jorge Martínez Reverte (JMR) descubre un documento en los archivos de la CNT sobre el que elabora a toda p.r.i.s.a. una novelesca conjetura por la que hace a la CNT responsable con la JSU de la planificación  y ejecución de la matanza. Esta conjetura, publicada en su libro “La batalla de Madrid” (2004) y en un artículo a doble página en El País (nov. 2006) ha ido tomando carta de naturaleza en manos de historiadores poco escrupulosos  y escasamente diligentes en su trabajo que la han utilizado sin depurar y contrastar, y ha sido aireada por periodistas que le han dado un pábulo, del que quizás ellos mismos anden necesitados, sin sopesar las responsabilidades en que incurren tanto frente al código deontológico de su profesión como frente a organizaciones y personas.

Avezados recuperadores y revisionistas históricos se aprestan a presentar atenuantes y eximentes a la responsabilidad de don Santiago en las fechas perimortem (El Pais 21sep12), tarea a la que se suma Vega, que en su artículo dice que de aquella responsabilidad “no hay prueba documental” y asegura que “en cambio sí que hay pruebas documentales (dice en plural ¿?)” respecto al cudillerense Amor Nuño Pérez,  secretario de la F.L. de la CNT de Madrid a finales del 36, y nos apunta como única prueba el que “el especialista (se refiere a JMR) desvela un acta del comité de la CNT que apunta sin ninguna duda a este anarquista.”, por lo que suponemos que Vega ha examinado el acta –que aparece como apéndice al libro de JMR- ya que más abajo abunda en que Amor Nuño participó el 7 de noviembre en una reunión secreta en que se pactó la eliminación de los presos fascistas con “la cúpula de la JSU”, lo que entrecomilla, dando a entender que está citando literalmente el documento.


Amor Nuño

El acta.- Pero no parece que ni Vega ni, lo que es más grave, los historiadores que avalan a Reverte se hayan tomado el trabajo de leerse el acta, y si se lo han tomado peor, porque en ella ni aparece en parte alguna la JSU, ni su cúpula, ni reunión ni pacto secreto alguno, ni se cita ni se alude a Amor Nuño ni niño muerto ninguno, por lo que hay que deducir que o no saben leer o están actuando a mala fe, con intenciones cuyo interés se nos escapa pero que resultan falaces y difamatorias.

Y es que la tesis de Reverte no resiste el mínimo análisis crítico, desde el momento en que su utilización torticera de la clave de bóveda en que se sustenta –el acta, según dice, de una reunión del Comité Nacional de la CNT- falsea datos, modifica hechos, tergiversa el propio documento y emite descalificaciones personales e injuriosas, con lo que su entramado argumental fálsia y no se sostiene.

Para empezar el famoso documento, del que JMR no aporta dato archivístico ni bibliográfico alguno, no es el acta de una reunión del “COMITE NACIONAL DE LA CNT ENTRE LOS DISTINTOS MIEMBROS DE COMITES RESPONSABLES DE LA ORGANIZACION CONFEDERAL EN MADRID” como titula en la trascripción que nos hace, que según asegura es completa y literal, ya que el título del documento –en realidad el borrador de un acta y no un acta aprobada, que hemos consultado y del que podemos dar referencia archivística- en minúsculas, dice: "Acta de la reunión celebrada el día 8 de Noviembre de 1936, en el local del Comité Nacional de la C.N.T. entre distintos miembros de Comités responsables de la Organización confederal de Madrid." Tergiversa Reverte,  y cambia mucho la cosa respecto del nivel de las responsabilidades que luego pretende atribuir. Mal empieza.


Antiguo palacio del marqués de Monistrol en la calle Luna 11, Federación Local de la CNT de 1936 a 1939.
 Foto de los años 60 del siglo XX



Y continúa falseando datos y modificando hechos: siguiendo las pgs. 239 y 240 de su libro, con el acta al lado, se comprueba cómo desvirtúa el documento que presenta como aval de las interesadas patrañas que destila párrafo tras párrafo y la burda y abundante manipulación que va urdiendo, lo que le desacredita para cualquier suposición que elabore a partir del documento.

Y descalifica e injuria la persona del compañero Amor Nuño, lo que Vega alimenta con su artículo tramposo -aunque luego  venga obligado a instancias de la familia del cudillerense a contrastar la versión de esta (lne, 22oct12)- porque no es cierto, como dice el subtítulo de su artículo, que ningún documento de la CNT lo implique en “la matanza” y aunque, como se recuerda en el desmentido, Jesús Salgado haya demostrado –ciertamente sin profundizar demasiado- que Reverte miente, tú difama, que algo queda... Porque Reverte vuelve a mostrar su ignorancia desconociendo los libros de los libertarios Eduardo de Guzmán “Nosotros los asesinos” y de  Jesús Leiva “Memorias de un condenado a muerte”, en los que puede seguirse la trayectoria de Nuño que, contra lo que aquel asegura, ni fue expulsado de la CNT ni huyó cobardemente. Pasan los años y a quien el tiempo deja por cobarde es a un JMR que no se enfrenta, no a “la inquina de los anarquistas” como dice Vega, sino a los hechos documentados que estos le ponen delante.


Milicias anarquistas en la defensa de Madrid

La inverosímil reunión secreta.- Ya hemos señalado que en el acta, a pesar de lo que afirma Reverte, Amor Nuño ni aparece ni se recoge tampoco informe ninguno de una reunión CNT-JSU por lo que, no constando otra fuente ni referencia documental ni directa ni indirecta de la supuesta reunión, su existencia no puede resultar más que ficticia. En el acta quien aparece es Enrique García -segundo de Nuño en la Junta de Defensa de Madrid (JDM) por la FL de la CNT- informando de lo acaecido en la reunión de constitución formal de la JDM a las 6 de la tarde del día anterior (7 nov., primera a la que asistían los anarquistas) y que tras una interrupción de unas 2 horas continuó en segunda sesión de 10 de la noche a 2’30 de la madrugada. Y, en ese cometido, relata lo que allí se trató, y en la relación de aquellos asuntos que recoge el acta: “da cuenta de los acuerdos que han tenido con los socialistas de Orden Público sobre lo que debe hacerse con los presos”.
Que esto es así, que de lo que está informando es de los acuerdos tomados por la JDM, lo permiten corroborar claramente las informaciones sobre el contenido de los temas tratados en la reunión de la Junta aquella tarde-noche aportadas por Aróstegui y Martínez en "La Junta de Defensa de Madrid" (donde se publican todas sus actas). 


El general Miaja

JMR desconoce este libro, o lo escamotea, y hace lo mismo con el de Gibson “Paracuellos, como fue”. En él se reproduce una entrevista realizada por el autor a Carrillo en la que éste cuenta cómo en la noche del 6 al 7 de noviembre él y otros mantuvieron una reunión  con Miaja -contraviniendo las órdenes que Largo Caballero le había dejado a este último en un sobre lacrado que no debía de abrirse hasta la mañana del 7- para decidir  la constitución y repartir funciones de la JDM, y que en ella se trató sobre la “evacuación” de los presos, que ésta fue ordenada por Miaja, y llega a decir que no puede asegurar que  él mismo no la haya firmado, y que fue decidida en conjunto por la Junta (por quienes la componían en ese momento, claro) (pgs. 211-212-221-225, ed.2005).  A pesar de ello Reverte, exegeta de última hornada, interpreta en base a aquella única referencia del acta cenetista que “los acuerdos que se han tomado con los socialistas de Orden Público sobre lo que debe hacerse con los presos” no fueron asumidos en la JDM por todos los miembros de la misma en la tarde-noche del 7 al 8 –primera reunión a que acuden los anarquistas y en la que son informados de tales acuerdos- sino que fueron decididos en una supuesta reunión secreta celebrada en las dos horas de descanso entre sesiones de la Junta, entre Amor Nuño por CNT y Carrillo, lo más probable dice, por la JSU. Esta posibilidad es desmentida por los hechos documentados en sendos libros: “Diplomático en el Madrid rojo”(1938) de Schlayer, que cuenta que  a esa hora se reunía con Carrillo, y “Madrid, corazón que se desangra”(1976) de Gregorio Gallego que narra la visita que a esas horas recibe de Nuño en la otra punta de Madrid. Más documentos ignorados o escamoteados.                                                                                                                                         

Gregorio Gallego
Félix Schlayer, caricatura
Así pues, una reunión de la que nadie tiene noticia, a la que nadie nunca ha aludido, por la que no se entiende que “el especialista” no haya pedido confirmación a Carrillo y que además Gregorio Gallego, cenetista madrileño del momento, niega categóricamente en una entrevista para “El Solidario”(2007). Reverte como investigador resulta un fiasco.

Del dicho a los hechos.- La conjetura de JMR, amén de indocumentada, no resulta plausible y por ello periodistas –Rafael Cid y Arcadi Espada-, investigadores –Jesús Salgado, Sexto Empírico, Centro de Documentación y Estudios Avanzados de Arte Contemporáneo-, y también historiadores –Julián Casanova, Gil Vico, Helen Gram-, p.e., recelan de ella o directamente la refutan. Porque contra lo dicho por “el especialista” los hechos pasan arrolladores por encima de su literaria elucubración y se imponen tozudamente:

-Así, en los millares de páginas que en docenas de libros analizan la masacre, en las que nunca nadie había documentado, testimoniado o apuntado a la responsabilidad directa de la CNT en la decisión de su planificación y ejecución, antes de que Reverte, con prueba tan controvertida y endeble, llegue a acusarla de instigadora.




Carrillo, ya Consejero de Orden Público,
del brazo con los comunistas

-Así, en la simpleza del propio JMR que, en descargo de Carrillo, dice que éste no tenía poder para decidir sobre qué hacer con los presos y da por supuesto que Amor Nuño podría decidir por encima del Comité de Defensa Confederal, el Comité Regional Centro, el Comité Nacional de la CNT y del propio Ministro de Justicia García Oliver, cenetista y anarquista.



Juan García Oliver


-Así, en las intervenciones de éste que, nombrado ministro el 4 nov, el 6 –alarmado por la preocupación que le traslada el secretario del CR de Centro de la CNT, David Antona, ante las ejecuciones indiscriminadas que están llevando a cabo las brigadillas  de los socialistas  Atadell y Margarita Nelken- se presenta en el Ministerio de Guerra (Galarza, socialista) para exigir su paralización inmediata bajo amenaza de su dimisión; que el 9 nombra Inspector General de Prisiones al anarquista Melchor Rodríguez quien ese mismo día pone fin a las “sacas” que se están efectuando y paraliza con su personal presencia física una de 400 personas esa misma noche; que en días posteriores consolidará los tribunales populares o creará los campos de trabajo, en vez del tiro en la nuca para los presos fascistas, con todo lo cual el acuerdo para la eliminación de éstos instigado por la CNT se viene abajo y pone de manifiesto que si es cierto que los anarquistas fueron conocedores a partir de la noche del 7 de ese plan –como todos los partidos y sindicatos que sostenían la legalidad frentepopulista en la JDM- fueron también los únicos que hicieron algo para detenerlo.


   
Melchor Rodríguez, "El ángel rojo",
en la cárcel terminada la guerra


-Así además, en cómo el día 7 hubo que frenar desde la organización de la CNT-FAI el intento de asalto a la embajada de Chile, donde se refugiaban señalados y numerosos fascistas, e incluso cómo en la JDM se llegó al acuerdo de proteger con milicias anarquistas las sedes de varias embajadas.

-Así como en las manifestaciones de destacados responsables cenetistas ante los hechos de ejecuciones indiscriminadas y arbitrarias, p.e. las del propio García Oliver refutando a la Nelken en una entrevista cara a cara: “Revolución social es rotura de todos los frenos que sujetan al hombre a las viejas estructuras sociales. Es cambiar el modo de vivir, transformando la economía individual burguesa en colectiva socialista. Así deben proceder los revolucionarios, haciendo abstracción de la persona física del burgués,  porque la revolución debe hacerse sobre los sistemas, y no eliminando a las personas”; las de Melchor Rodríguez “Por las ideas se puede morir, nunca matar” o Joan Peiró denunciando “los desmanes que deshonran la revolución”  y protegiendo personalmente a numerosos eclesiásticos y derechistas, como también hizo el propio Amor Nuño, aunque ello no impidiera que fueran fusilados al término de la guerra.



Joan Peiró


-Así también en los posicionamientos  de las organizaciones anarquistas a través de comunicados radiados o publicados en los periódicos, de la CNT y la FAI conjuntamente: “…la victoria ha de estar dotada de un fondo moral que, a los ojos del mundo, labre su propia dignificación. Manchar el triunfo con pillajes y expoliaciones, con allanamientos domiciliarios caprichosos y otras manifestaciones de arbitrariedad, es cosa innoble e indigna y, desde luego, perjudicial a los intereses de la clase laboriosa. La CNT y la FAI han adoptado severísimas medidas que sin contemplaciones les serán aplicadas a aquel o aquellos a quienes se sorprenda realizando actos de tal naturaleza.”
De la CNT: “…Se están sucediendo registros domiciliarios, seguidos de detenciones arbitrarias y consiguientes fusilamientos, sin causa alguna que justifique tal medida, al extremo de que sospechamos que los ejecutores son gente que obra a capricho y quizá pagada por el fascismo para sembrar el pánico y el terror, y que, desde luego, no tiene nada en común con nosotros. Esto no puede continuar por más tiempo… Que cada militante, que todos los soldados de la revolución sean los más celosos guardadores de un orden nuevo: ORDEN REVOLUCIONARIO. ¡Que la revolución no nos ahogue a todos en sangre! ¡Justicieros conscientes, si! ¡Asesinos, nunca!...”
De la FAI.: “Hasta nosotros llegan rumores gravísimos. Se nos dice que grupos armados, diciéndose pertenecientes a la CNT, a la FAI y al POUM, realizan registros domiciliarios y cometen actos en contraposición con el espíritu anarquista y con la justicia del pueblo… decidimos salir al paso de esa irresponsabilidad monstruosa, no ya con palabras, sino con hechos y resoluciones implacables… La FAI está dispuesta a acabar con estos grupos de inconscientes, que quién sabe con qué fines deshonran el movimiento revolucionario del pueblo… afirmamos con energía que sus actos les denuncian, en el mejor de los casos, como almas turbias, en las que el instinto justiciero del pueblo se adultera, despertando voces primitivas anidadas en  lo más oscuro de su conciencia. La FAI declara que no tan solo no tiene nada que ver con esos excesos, secuela del desborde que representa un estallido popular, sino que está dispuesta a atajarlos de una manera radical y enérgica. Somos enemigos de toda violencia, de toda imposición. Nos repugna toda sangre que no sea la derramada por el pueblo en sus grandes empeños justicieros. Pero declaramos fríamente, con terrible serenidad y con inexorable propósito de hacerlo, que si no se acaba con todos estos actos de irresponsabilidad PROCEDEREMOS A FUSILAR A TODO INDIVIDUO que se compruebe que ha realizado actos contra el derecho de gentes… Por el honor del pueblo de Barcelona, por la dignidad de la CNT y de la FAI, hay que acabar con esos excesos. Y con ellos acabaremos.” (“La CNT en la Revolución Española” José Peirats. Ruedo Ibérico tomo 1 pg 174-175) Posicionamientos convertidos en hechos, pues varios elementos confederales desmandados fueron fusilados por orden de la Organización en el lugar del delito, como José Gardeñas, del Ramo de la Construcción de Barcelona, o Fernández, presidente del Sindicato de la Alimentación. Hechos y posicionamientos que refutan la implicación cenetista en un plan de asesinatos masivos de los prisioneros fascistas.


Algunos de los principales responsables de CNT-FAI, sofocada la sublevación fascista en Barcelona. En el centro con gorro miliciano, García Oliver.

-Y así el acabóse,  cuando es sabido que  las matanzas de Paracuellos se produjeron el 6,7 y 8 de noviembre y que el 7 hubo 3 sacas que acabaron en fusilamiento, una de madrugada y dos por la tarde y para entonces, cuando se produciría el supuesto acuerdo JSU-CNT, ya se habían realizado 1.500 ejecuciones de las 2.000 totales, con lo que presumir que la CNT asumiera la responsabilidad en mil quinientos asesinatos que no había provocado es insultar no solo la inteligencia de sus responsables sino la del público entre el que se propala especie tal. Aunque la inteligencia que realmente insulta es la suya propia porque Reverte, también intelectualmente, resulta un fraude.

Visto lo visto convendría a la memoria proletaria tomar nota y preguntar ¿a quién y porqué interesa culpar a la CNT? No es nueva esta utilización de la CNT y del anarquismo en general como chivo expiatorio de todo acto de violencia contra el orden social imperante.  Quienes se oponen a la superación revolucionaria del mundo de la explotación y la autoridad, de la sociedad de clases, por la sociedad justa, libre e igualitaria que el anarquismo preconiza siempre han estado interesados en la identificación de anarquía con desorden, caos y violencia, cuando un repaso somero a la historia de las sociedades levantadas sobre el principio de autoridad y la explotación no nos muestra más que sufrimiento, miseria, opresión, injusticia, rapiña, guerra, violencia, caos y sinrazón rigiendo las relaciones sociales.

 La CNT en la etapa “democrática”, por negarse a la política antiproletaria de paz y pacto social, ha sido objeto de tramas criminalizadoras y escisionistas propiciadas desde el Estado que la han relegado a un plano prácticamente testimonial desde el que se ve imposibilitada para la capacidad de autodefensa ante las provocaciones mediáticas. El poder mediático –otra de las caras del poder- le niega el pan y la sal y ha ejercido un boicot informativo contra cualquier manifestación del anarcosindicalismo organizado, al punto que en su día la respuesta del Comité Nacional de la CNT al artículo de Reverte publicado en El País en que vertía las acusaciones de las que se hace eco L. A. Vega en  La Nueva España fue silenciada faltando al elemental derecho de réplica. Y aunque hemos de reconocer a este último diario el amplio espacio concedido a nuestra respuesta en derecho de autodefensa no podemos dejar de señalar la maniobra de relegarnos a su edición de Occidente restándole el alcance que los artículos que provocaron nuestra réplica obtuvieron al haber sido publicados en la edición de Oviedo, la principal de las cuatro que tira el diario.

Históricamente la CNT, por su decidido afán revolucionario y transformador, siempre se ha visto acorralada, vilipendiada y criminalizada, sabedores los propagadores de los infundios y ataques a su trayectoria que nunca ha contado más que con sus propios medios para tratar de neutralizar esos ataques: no tiene, porque se niega a ello y niega la propia esencia del régimen de la democracia, políticos instalados en los poderes legislativo ni ejecutivo que puedan salir en su defensa ante la difamación urdida por los plumíferos mercenarios al servicio del Sistema del Dominio y la Explotación. Ya en el propio momento de sucederse los hechos que aquí confrontamos y aludiendo a los mismos, una diputada republicana nada sospechosa de connivencia con el anarquismo, Clara Campoamor denunciaba esta criminalización del anarquismo en su libro “La Revolución Española vista por una republicana” y decía: “Desde los primeros días de lucha, un indecible terror reinaba en Madrid. La opinión pública tuvo al principio la tentación de atribuir a los anarquistas las violencias sufridas por los civiles, y en particular en Madrid. La historia dirá algún día si fueron justos quienes los consideraron responsables de estos hechos. En todo caso debieran ser todos los gubernamentales, sin distinción, quienes asumieran la responsabilidad” (p. 97).



                        Junta de Defensa de Madrid. El tercero por la derecha es Amor Nuño

Porque es seguro que todas las organizaciones (los partidos Izquierda Republicana, Unión Republicana, PSOE, Partido Sindicalista, Partido Comunista y Juventudes Socialistas Unificadas y las organizaciones UGT, CNT y Juventudes Libertarias) que formaban la JDM a partir de la constitución de ésta la tarde-noche del 7 de noviembre, supieran de la saca de presos y de la ejecución en Paracuellos. Pero saberlo no es ejecutarlo. No es nuestra tarea documentar aquí la implicación en la matanza de Paracuellos de Santiago Carrillo y/u otros que parecen haberla tenido determinante, sobre algunos de los cuales por cierto Reverte calla como un afogáu y ni una sola vez en su artículo aparece mencionada ni la UGT ni el PSOE, cuando existe toda una línea de responsabilidades que va del ugetista Vega al propio Largo Caballero pasando por Margarita Nelken, Manzano Govantes, José Cazorla y el ministro de Guerra Galarza, todos de afiliación socialista con presuntas implicaciones, algunas decisivas, en los hechos. Doctores tiene la historiografía que lo han  puesto de manifiesto.  Pero no consentiremos que, a costa de desviar las responsabilidades de aquellos, se vea comprometida la trayectoria de nuestra Organización ni la de compañeros históricos resulte difamada e injuriada tan impunemente.

Para terminar, invitamos al lector a seguir el citado trabajo de Sexto Empírico, que  publicamos aquí, de acercamiento a la persona y compromiso militante de Amor Nuño, en el que se desbaratan las acusaciones de Martínez Reverte y se repasan otras responsabilidades. Bástenos reconocer y recordar aquí, para hacerse una idea de la talla moral con ribetes de heroísmo que orlan la trayectoria del compañero, el destino que arrostró negándose a huir en los barcos de Alicante, negándose a denunciar a sus compañeros ante la policía franquista, lo que le costó palizas brutales que hicieron a sus compañeros detenidos darle por muerto, o reafirmándose en su negativa ante jueces y fiscales, lo que le costó la vida ante el paredón de fusilamiento.


Aspecto del puerto de Alicante el 1 de abril de 1939, con centenares de luchadores
del bando de los vencidos esperando por una evacuación que nunca llegaría.




Nota.- La mayor parte de las imágenes han sido extraídas de donde habían sido publicadas. Sin embargo la mayoría de los pies de foto son obra nuestra.



Enlaces de interés directo con el tema:

      -2º art  lne.- http://www.lne.es/asturias/2012/10/22/amor-nuno-asesino-proclama-familia-    cudillerense-culpado-paracuellos/1315336.html

En los que siguen CTRL + clic para seguir el vínculo:

-RRespuesta del CN de la CNT al art de Reverte en El país, que el diario no publicó  "A río revuelto": Paracuellos - CNT - Noticias archivo.cnt.es/noticia.php?id=2901

-art respuesta a Reverte de Jesús Salgado La CNT, Amor Nuño y la revisión de - Alasbarricadas.org

-art respuesta de Rafael Cid Paracuellos y la CNT | Alasbarricadas.org

-respuesta a Reverte A por ellos!!. Que son de Paracuellos La



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