martes, 20 de noviembre de 2012

76 años sin Durruti

Hoy se cumple el 76 aniversario de la muerte del héroe del pueblo Buenaventura Durruti. Un hombre de acción con un carisma arrollador y extraordinario.

Buenaventura Durruti era un hombre de acción, su lucha era emancipadora, su carisma anarquista imponía respeto… Durruti hacía de su acción y de su lucha poesía pura, como quedó patente en la entrevista que le hizo el periodista Van Passen para el periódico canadiense Toronto Star, donde sus palabras se alzan con una gran sensibilidad poética: "Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero –le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones –dijo murmurando, ásperamente. Y luego agregó: -Ese mundo está creciendo en este instante."
Las palabras de Durruti eran poesía revolucionaria en acción, una poesía destinada a cambiar la vida y a transformar el mundo. Pero el 20 de noviembre de 1936 Durruti topó con la parca en la Ciudad Universitaria de Madrid, por tanto ahora se cumple 76 años de su muerte. Durruti murió de un disparo en pecho. Un disparo que todavía hoy se desconoce el fusil de donde salió la bala... Se ha hablado mucho de las sietes muertes de Durruti..., pero tal vez la muerte se produjo accidentalmente por la bala que salió de su propio naranjero. La muerte de Durruti, como el Aquiles de la tragedia griega, amplió aún más su condición de héroe. Durruti fue el héroe libertario por excelencia. Durruti fue ensalzado y convertido en leyenda por los milicianos de las columnas confederales que luchaban en el frente contra el fascismo y por los militantes anarcosindicalistas que, en la retaguardia, habían comenzado a construir la nueva sociedad bajo el prisma de la autogestión libertaria.
La manifestación que generó su sepelio fue impresionante, pues cerca de un millón de personas ocuparon todas las arterias urbanas por donde pasó la comitiva camino del cementerio de Montjuïc. Era la última manifestación unitaria del pueblo trabajador y antifascista, pronto se pondría en juicio la revolución y se iniciaría la lucha fratricida, y la contrarrevolución acabaría con las esperanzas emancipadoras del pueblo trabajador. Y los anhelos de transformación social se convertirían en historia…

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