Ya se ha hecho evidente para todo el mundo que el Parlamento no es más que el aparato político del Capital, con el que impone sus intereses dándoles una apariencia de “legalidad”. El Régimen de la democracia representativa no representa nada más que la claudicación y el sometimiento a intereses que nada tienen que ver con la cacareada soberanía popular.
La Política ha mostrado su falsedad: el amiguismo, el clientelismo, el chalaneo, las corruptelas, el cobro de comisiones, la imposición de medidas ausentes en los programas votados. La Democracia se nos aparece corroída por la corrupción que le es consustancial –“el poder corrompe”- a todo régimen sustentado en el abandono de la propia responsabilidad de los sujetos sociales, que la delegan en otros que la toman y la aprovechan para sus propios intereses, personales o partidistas, y campan a sus anchas. Todo ello es ejecutado por partidos e individuos pagados de sí mismos, ante quienes no cabe ni el derecho al pataleo y que viven holgadamente a costa del erario público. Su chollo consiste en defender el chollo que la explotación de la fuerza del Trabajo le produce al Capital.
Parlamentarismo y capitalismo son las dos caras de la falsa moneda con la que se nos paga la renuncia a la propia responsabilidad en la gestión de nuestra vida social y la renuncia a nuestra propia experiencia de la vida por la sumisión a la explotación del trabajo asalariado.
El 20 N toca decir NO, NO VAMOS A SEGUIR SOSTENIENDO EL TINGLADO. Y toca romper ya con el espejismo de la democracia de la representación que hemos alimentado en los últimos 35 años y pasar a asumir nuestra responsabilidad en la autogestión de la vida social.
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AL PUEBLO TRABAJADOR LE CORRESPONDE PONERLE FIN
Porque l@s trabajador@s somos quienes pagamos y sufrimos las consecuencias del festín electoralista. No debemos seguir sosteniendo el Régimen de la representación otorgándole confianza y credibilidad a través de la participación en el circo electoral.
Hemos de recuperar el órgano genuino de relación y decisión proletaria: LA ASAMBLEA, en los centros donde trabajamos, en los barrios en que vivimos, en los lugares donde estudiamos, en los pueblos y ciudades donde nos relacionamos, en las asociaciones y sindicatos donde nos organizamos. Es en ellas donde nuestro voto, junto a nuestr@s iguales, adquiere sentido y deja de ser una representación para convertirse en un compromiso.
Con la autorregulación de nuestras relaciones, el autocontrol sobre nuestras decisiones y la autoorganización de nuestras acciones y nuestros proyectos.
El 20 de noviembre es una fecha emblemática para quienes en este país nos hemos comprometido en la lucha, secular ya, por un mundo nuevo: un mundo liberado de la tutela del Estado y de la explotación del Capital. Se cumple el 75 aniversario de la muerte de un significado luchador por la causa Proletaria: Buenaventura Durruti. Cayó tal día como ese de 1936 en la defensa de Madrid al frente de su columna de milicianos libertarios, tras haber dedicado toda su vida a la lucha contra la explotación y la injusticia social. El signo que dio a su vida y a su muerte le convirtió de hijo del pueblo en un genuino héroe del pueblo. “Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones” es el lema que formuló y que le impulsaba.
Contra el mundo ya caduco de la representación, la pantomima, la explotación y el engaño que pretenden que sigamos sosteniendo, desde CNT llamamos al pueblo trabajador a negarse a participar en la farsa de las elecciones. Y a asumir la consecuencia de esa negativa: la recuperación de la autonomía y la organización obreras. Por dignidad. Por clase.
Sindicato de Oficios Varios de la CNT de Oviedo
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