Que la enésima Reforma Laboral(RL), esta del PP, merece una contundente respuesta por parte del proletariado, es tan incuestionable como que éste no cuenta con los instrumentos -la Asamblea Obrera- que le permitan articular esta respuesta y como que en esta situación las corporaciones de la sindigalla burocrática -CCOO y UGT- que han propiciado la desarticulación del movimiento obrero, se aprovechan de esa necesidad de respuesta para una vez más enmascarar sus propios intereses con una convocatoria de "huelga general" contra la RL que oculta principalmente tres cuestiones:
Esta situación coloca a los trabajadores en una tesitura imposible, entre la espada de una farsa de convocatoria y la pared que nos impide recular ante el ataque que la RL supone para los derechos del proletariado.
Este es el envenenado dilema al que nos enfrentamos. O plantarse y no seguir dando carta de naturaleza proletaria a convocatorias externas a la clase obrera y a sus auténticos intereses o intentar tal vez utilizar la convocatoria para tratar de desbordar los objetivos de la sindigalla y que sea posible manifestar una auténtica contestación de la RL y el proyecto de acumulación y dominación capitalista.
- Se llama Huelga General a lo que en realidad no es más que una demostración sindical, con un paro de 24 horas, para demostrar al gobierno una capacidad para movilizar -y por tanto para desmovilizar y contener a la masa obrera- de cara a que sean tenidos en cuenta loas intereses de las corporaciones convocantes. Ello desvaloriza el significado de la HUELGA.
- La convocatoria se hace para el día 29 porque el 30 el consejo de ministros aprobará los nuevos presupuestos en los que se puede producir un recorte a las subvenciones sindicales. La sindigalla burocrática intentará demostrar su capacidad para desestabilizar la "paz social" y por tanto presionar para que el recorte no sea significativo y los profesionales de la representación obrera puedan seguir viviendo del cuento.
- Se quiere dar la imagen de luchadores ocultando la traición cometida en enero al firmar unos topes salariales del 0,5% para tres años que condenan a la miseria a millones de trabajadores, justificados como la única salida a la crisis capitalista.
Esta situación coloca a los trabajadores en una tesitura imposible, entre la espada de una farsa de convocatoria y la pared que nos impide recular ante el ataque que la RL supone para los derechos del proletariado.
Este es el envenenado dilema al que nos enfrentamos. O plantarse y no seguir dando carta de naturaleza proletaria a convocatorias externas a la clase obrera y a sus auténticos intereses o intentar tal vez utilizar la convocatoria para tratar de desbordar los objetivos de la sindigalla y que sea posible manifestar una auténtica contestación de la RL y el proyecto de acumulación y dominación capitalista.
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